lunes, 2 de marzo de 2015

Engaño




Al caminar por el sendero de la mentira se cree siempre que el trayecto será fácil y corto, al principio se superan sin dificultad y con cierto placer los primeros obstáculos, el engaño hace todo fácil. Pero poco a poco se vuelve denso el ambiente, el bosque se espesa, la ruta se multiplica en miles de senderos que van a perderse en ciénagas; en los cuales a cada paso se hunde o se resbala. Poco a poco la personalidad se irrita y se van dilapidando las fuerzas, en cada mentira se construye una nueva imprudencia que te hunde por completo en el fango. 


A primera vista no hay nada más fácil que mentir. Ahora, cuando se caen las mascaras y la verdadera cara salta a la vista que queda? Quedan los miedos, esos monstruos que nos acechan desde el espejo y nos acusan. Monstruos que cada día se hacen mas grandes al no afrontarlos, esos mismos que nos llevan a vivir nuestras peores pesadillas. Enfrentarse al desengaño, al dolor y la tristeza causado en todas aquellas personas que confiaron en ti. El desmoronamiento del castillo de naipes, la caída del gigante de los pies de barro. 

Que queda después de las mentiras? Ese agrio sabor de no saber quien eres, la decepción de haber construido un mundo de arena golpeado con la ola de la realidad. 

¿Dime ahora que nos queda mas allá de este insoportable silencio?

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