Que los recuerdos uno los clasifica en estanterías
existen unos delanteros
unos altos, otros bajos
unos de atrás
tal cual casilleros.
Me perdí buscando un recuerdo
entre pasillos,
como laberintos
la inspiración se fue en ese suspiro.
viernes, 15 de agosto de 2014
Inmensidad
Fije mis ojos en algún punto de ese mar infinito, en sus islas, en un
barco allá a lo lejos. Con el paso del tiempo mis ojos se fueron
acostumbrando a la bruma y fui capaz de distinguir aunque borrosa, la
forma de las lanchas pesqueras. Diversas cosas fueron
perfilándose lenta y vagamente a mi alrededor. Eran como perros
asustadizos que van confiando poco a poco al que le tiende en la mano
algo de comer. Sin embargo, por más que mis ojos escrutarán el mar, el
infinito era, a fin de cuentas, infinito. Cuando intentaba fijar en algo
la mirada, el objeto me ocultaba sus contornos y se sumergía
silenciosamente en la niebla. Quizás cupiera hablar de una tenue nube,
pero, aunque así fuera, esta poseía su propia densidad. Y en algunos
casos contenía una brumosa oscuridad de un significado más profundo que
la auténtica nube. Veía algo. Pero al mismo tiempo, no veía nada.
Aquella inmensidad estaba llena de sobrentendidos y mis recuerdos
adquirieron una consistencia líquida, las imágenes se volvieron tan
fuertes que evocaban en mi cada detalle, estaba ahora todo tan claro que
podía asirlo con mi mano. Cerré mis ojos y trate de evocar la época en
que me había conocido.
Salí del letargo con un grito que me hizo olvidar "epa atleta"
Suscribirse a:
Entradas (Atom)