lunes, 8 de junio de 2015

Octubre cobarde


En medio del mes apoyas las manos contra la melancolía
tu cuerpo adolorido de tanto desear
no sabe ya que soñar
llora y canta en silencio
por todo aquello que no tiene nombre
y que jamás tendrá.
Se eleva el alba
y tu cara mojada contra la almohada
es la prueba del delito
que jámas cometerás


sábado, 6 de junio de 2015

Palomas


Introdujo la mano a través de la reja, giró el pestillo y entró, paso el zaguán de la casa con oído atento, el eco de sus pasos retumbaba como disparos de metralleta sobre el piso de cemento recién pulido. Tata, tata, tata estas allí? Nadie respondió al eco de su voz que se multiplicaba por la madrugada, se adentró en la casa buscando el Palomar. Muchas noches cuando su tata no podía dormir se recostaba en su hamaca del patio a escuchar el gorgojeo de sus palomas mensajeras.



El empedrado del jardín interno brillaba a la luz de la luna, el olor del jazmín floreado inundaba todo el ambiente, estornudo y las palomas todas fuera de su jaula voltearon a mirarla, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, comenzó a temblar sin explicarse porque sentía tanto miedo. Recorrió el patio a paso acelerado, las palomas gorgojeaban más fuerte, su corazón desesperado latía como una locomotora a todo vapor, corrió a descubrir la hamaca y al voltear vio como las palomas ensangrentadas levantaban el vuelo hacia ella, trato de cubrirse mientras desandaba a toda velocidad el camino que le había llevado hasta allí, buscó refugio en las habitaciones de la casa, al entrar los cadáveres de todos los jóvenes que habían desaparecido en el pueblo alimentaban a las palomas que durante años su abuelita había criado. Quizo correr hacia la puerta pero una mano huesuda le tomó por un brazo, era su abuelita que con una sonrisa y una tasa de chocolate caliente con galletas le decía, a dónde vas princesita? te estaba esperando.